miércoles, 13 de julio de 2016

Concierto de Raúl Alcover

ELENA RUIZ y FRANCISCO MOREJÓN



El pasado jueves 7 de julio comenzó el ciclo MÚSICAS DEL MUNDO EN GRANADA. En la Pérgola del Carmen de la Victoria pudimos disfrutar del concierto ofrecido por Raúl Alcover, músico del Mundo y del Realejo, con su música recitada y su poesía cantada.

Comenzó solo con su voz, en un jaleo de bulería de cantaor que se pasó a la canción de autor. Continuó pintándonos de rojo rubí los labios de “Boca Loca”, y repasó, uno por uno, el firmamento de “Poetas”, amando con los versos de Cernuda, confesando con Neruda que había vivido, y con Javier Egea que había bebido, para terminar reconociendo, sin rubor, que había querido.

Repasó y rindió, y rendimos, tributo a los que no están y siguen con nosotros. Recordamos a la recién mujer de veinte años con cuerpo de ola, de Hilario Camacho, posiblemente la misma mujer que encendía la pasión gitana y sangre española, cuando estaba con ella a solas, de Manolo Tena.

De Carlos Cano nos trajo el recuerdo de que la Cultura y la Música son capaces de mover conciencias y cohesionar causas, así el Manifiesto Canción de Sur tuvo a Raúl Alcover como benjamín, donde se pedía por la libertad en Andalucía, en España y para toda la Humanidad.

Cantó también a los que están, a los que vienen, a los que tienen que emigrar, jugándose la vida si hace falta, no solo en el Egeo, también aquí en Alborán. Cantó contra las guerras y quienes las hacen. Recordó y cantó a su amigo Andrés Vázquez de Sola, que también tuvo que emigrar, y que hoy sigue alzando su pluma, que tanto ha dibujado, para escribir bien alto contra la injusticia del rechazo hacia aquellos que vienen arrastrados “por la necesidad de ganar el sustento allí donde se pueden recoger la migajas que otros tiran”. A los que así llegan les dice “Andresito” en la introducción de su libro “Cenizas de un mar en llamas” lo que deberíamos decirles todos: “Vosotros trabajadores inmigrantes que venís a honrar a nuestro país con vuestra presencia y a enriquecerlo con vuestro trabajo: Bienvenidos seáis”.

Y fue terminando la noche, la “Noche Canalla”, cantando a la que posiblemente fuera la misma mujer que su padre no quería que saliera sola y te metía el mundo en una caracola. La que, como la Janis Joplin, se perdió en un bosque de jeringas brillantes por las colinas de Ketama, por donde nos decían que se llegaba al mar, a lomos de un caballo de hermosos ojos negros. Cantó a esa mujer a la que sus labios tornaron del rojo rubí al morado Perfait-Amour.

Pero la noche canalla no la terminó sólo Raúl. Con su armónica hecha bandoneón arrabalero, y en apenas dos metros cuadrados, la sensualidad danzó entrelazada por Juana García y Julio Robles, transmitiendo toda la emoción del Tango.

Y lo que comenzó a compás por bulerías acabó con un lamento del Río de la Plata, bailado y cantado, que nos hizo sentir la emoción de estar vivos, y de que la Música une y no tiene fronteras.

Queda agradecer a todos los asistentes su participación, a Raúl su magnífica aportación al Ciclo, y a Juana y Julio su colaboración, así como a Iñaki que nos brindó un sonido perfecto. Y muy especialmente agradecer a Anton, nuestra Directora y alma del Carmen de la Victoria, que en las circunstancias personales de ese día, nos acompañó y apoyó con su inestimable presencia.


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